Bill Belichick. (Foto: Getty Images)
Bill Belichick ha logrado toda clase de proezas en su carrera, hasta remontar el mayor déficit en la historia del Super Bowl; sin embargo, este año la tarea podría ser hasta más difícil que eso con este roster buscando entrar a playoffs por segundo año consecutivo. Y es que por donde lo veamos, los Patriots no se sienten como equipo de esas instancias.
Sumado a un staff que no está a su altura (aunque él así lo quiso), New England no es el mismo equipo de otros años, ni siquiera el que ilusionó un poco en 2021. Por el contrario, hay muchos frentes sin arreglar a estas alturas del año, como la ofensiva, que no parece que vaya a cambiar este año.
Desde 2020 cuando el QB Tom Brady se fue, sabíamos que la dinastía había terminado en ese momento. La era del QB Cam Newton nos llevó a sentirnos bien con ir vía Wild Card el siguiente año con un QB novato y un roster construido a partir del mayor gasto visto en esta franquicia. De cierta manera, esto último le ha jugado en contra a los Patriots, porque muchos esperan que repitan o mejoren su actuación pasada.
Era justo tener expectativas con un equipo de postemporada; pero ni siquiera la más baja de ellas, como esperar que Mac Jones tuviera un gran segundo año se dio hasta ahora. De hecho, uno puede sentir que este ataque topó con pared y no va a avanzar. Sigue siendo de los peores en zona roja, de los más cuestionables por tierra y exageradamente conservador por aire. De hecho:
Difícilmente tenemos una ofensiva para ganar partidos, ¿controlar el reloj? Apenas, pero no mucho más. Típicamente acostumbrado a doblarse, pero no romperse en defensiva, el entrenador Matt Patricia se haya fuera de su hábitat mandando jugadas en ataque.
La culpa no puede recaer totalmente en él cuando pudieron elegir otras opciones. Es más, Belichick sabía que Josh McDaniels quería irse a ser head coach en otro lado desde 2018, cuando rechazó a los Colts de último momento. ¿Por qué jamás hubo un reemplazo apropiado? Hasta McDaniels fue uno cuando Charlie Weis se fue a mediados de la década del 2000.
Aunque Mac Jones lo niega, está frustrado con las decisiones de este nuevo staff. Muchas veces, el problema es que quieren jugar de una manera y son inflexibles a los cambios, no parece existir retroalimentación con los jugadores, normal que estos se enojen. Tampoco permiten las mejoras con nuevas perspectivas, parece que eso está fuera de toda ecuación.
Por desgracia, esto complica el trabajo de Bill Belichick, que sigue siendo un genio defensivo. Esta campaña revivió la carrera del S Jabrill Peppers, LB Mack Wilson Sr. y recuperó al LB Josh Uche. Sin embargo, no todos los partidos se prestan a la defensiva, que a menos que sea la de los Ravens del 2000, nunca ganará partidos por su cuenta.
Aún con todo, debe quedar una sensación de que se puede intentar hasta el final para clasificarse. Después de todo, la AFC insiste en mantenerlos en la pelea por semanas consecutivas, y equipos como los Chargers, son más bien irregulares e impredecibles. Si a eso le suman el derrumbe que experimentan los Dolphins y los Jets, hasta parece que New England controla su destino más allá de esta semana.
Si Bill Belichick puede meterlos a playoffs en estas condiciones, realmente habrá superado a cualquiera que haya entrenado en esta posición en la historia. ¿No lo creen?
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