QB Mac Jones. (Foto: The Boston Globe)
Tras su peor inicio desde 1995, los Patriots reciben a unos peligrosos Bills en New England. Por supuesto, desde aquí reconocemos que se trata de un partido sumamente desigual, con altas posibilidades de ser un paseo para los visitantes, que además mantienen cierta hegemonía contra el equipo desde 2020 y no debería cambiar en el futuro cercano.
Las crisis de los Pats se recrudeció con su última derrota en Las Vegas y ya no hay certezas ni del futuro del QB Mac Jones y la continuidad del HC Bill Belichick; también la defensiva ha ido a la baja. Ahora veremos si existe alguna esperanza en este panorama cuesta arriba o es mejor pensar con más fuerza en el tanking.
La serie está a favor de los Patriots con un récord en casa de 39-24.
*Pendiente de actualizaciones
La secundaria de los Bills apenas permite 190.2 yardas por aire en promedio, eso sin tener disponible al CB Tre’Davious White y otras estrellas importantes. En buena medida, por el pass rush tan variado que posee con el LB Leonard Floyd (6.5 capturas), DE A.J. Pensar (4 capturas), DT Ed Oliver (4 capturas) y DE Greg Rousseau (3 capturas). A eso sumemos la presencia del LB Von Miller, pues resulta difícil lanzarles.
Si contamos con que el QB Mac Jones no tiene la confianza necesaria y sus compañeros están lejos de ser una amenaza en este reto, la alternativa es bastante obvia.
Los Patriots van a tener que recurrir bastante al plan de juego de los Giants el domingo pasado, donde entregaron una buena cantidad de acarreos al RB Saquon Barkley. Esto es porque Buffalo permite 133.7 yardas por tierra, siendo de las peores 10 defensivas en esta área; también permiten el segundo peor promedio de yardas por acarreo (5.4) y no contarán con su mejor defensivo en este rubro: LB Matt Milano.
Para buena fortuna del equipo, si bien todavía distan de sus mejores tiempos en el ataque terrestre, es que el RB Rhamondre Stevenson y RB Ezekiel Elliott vienen de un juego decente contra los Raiders, y el mejor de la campaña de lejos, promediando 6.4 yardas por intento.
Tal vez el HC Sean McDermott prepare a su equipo en consecuencia, cargando más las trincheras para eliminar este riesgo, pero será tarea del OC Bill O’Brien hacer que funcione para tener una oportunidad legítima en esta ocasión.
Allen no jugó muy bien contra los Giants, sumando 169 yardas para un promedio de 5.6 por intento de pase, el más bajo de todo el año. Y para solventar esto, Buffalo ajustó para ir más con pases de play action, donde logró 10/14 pases completos en la noche. Por su parte, New England ha tenido problemas aquí por la enorme cantidad de bajas en toda su defensiva.
Las últimas ocasiones los Pats han sido más agresivos, con cover 1 en el 54.1% del tiempo en un intento por mantener incómodo al pasador, sin mucho éxito.
Ahora bien, una de las notas más destacadas en Buffalo ha sido la lesión en el hombro del QB Josh Allen, ocurrida el juego pasado. De acuerdo con McDermott, no se descarta que juegue, pero evidentemente van a querer cargarle menos responsabilidad a él en esta situación.
A diferencia de otros encuentros, este backfield es mucho más productivo. El RB James Cook promedia cinco yardas por acarreo y lidera a su equipo con 363 yardas terrestres. Fuera de él, sigue siendo difícil encontrar la misma consistencia y Allen sigue teniendo una carga importante. En un intento por protegerlo este domingo, es natural que le den más snaps al RB Latavius Murray que cuenta con 128 yardas en seis semanas.
Aquí la clave será el DT Christian Barmore, que viene de su juego más importante en contra de la carrera; al RB Josh Jacobs le impidió llegar a las 100 yardas y en total detuvo a los corredores en cinco ocasiones detrás de la OL, el número más alto en los Pats este año.
Por mucho que Buffalo intente obviarlo de inicio, es casi seguro que volverán al pase más pronto que tarde. El WR Stefon Diggs es una máquina contra nuestra defensa. Estos son sus números por partido desde que se unió a los rivales divisionales:
Sin el CB Christian Gonzalez y el CB Jonathan Jones lesionado otra vez, pues resulta una oportunidad invaluable para mantener la dinámica en este juego.
Por mucho que Allen no esté al 100%, su brazo puede definir el partido.
Las Vegas mantienen a los Bills como favoritos por 8.5 puntos lo que en términos de apuestas es un indicio de que se espera una paliza de ellos a los Patriots.
El Over/Under es de 44.5 puntos, que conociendo los problemas para anotar en la ofensiva y la explosividad de los contrincantes, es otro punto para un marcador totalmente de lado de un equipo y no es el nuestro.
Es muy, muy difícil contradecir a las apuestas porque se guían de lo que todos hemos visto en las últimas semanas. Para desgracia del aficionado, rivales como este solo acentuarán una crisis que se viene incrementando y quién sabe hasta donde nos llevará.
Lo peor es ver un equipo carente de emoción para al menos hacer decorosos los resultados. Obtener cada yarda es como un camino lleno de clavos oxidados y nada indica que va a cambiar. Lo peor es que, a diferencia de hace un año, la defensiva está resintiendo el esfuerzo físico de cargar al equipo en cada semana y ahora tienen lesiones a cada rato, haciendo imposible ser el héroe que necesita esta organización.
Lo mejor es ir con pocas o nulas expectativas esta semana.
Marcador final: 31-10, Bills.
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