QB Mac Jones vs Washington. (Foto: Getty Images)
Tras ir al cielo una semana, los Patriots prácticamente volvieron al infierno de semanas pasadas al caer contra Miami. Para empeorar las cosas, son el peor equipo de la AFC con un penoso récord de 2-6, más cercano al primer pick del próximo Draft NFL, que de cualquier puesto de playoffs.
El juego que se nos viene es vital y una oportunidad de calar si realmente es el pésimo equipo que muchos aseguran que es. Del otro lado, descubriremos que los Commanders están más comprometidos al tanking, y luego de ser bastante activos en el deadline de intercambios, su mira está firme en el 2024. Es ante todo, una semana para recuperar el rumbo acá en New England.
La serie está a favor de los Commanders con un récord de 6-5. Sin embargo, los Patriots llevan cuatro juegos al hilo sin perder contra ellos.
*Pendiente de actualizaciones
Bill Belichick comentaba en rueda de prensa que las salidas del DE Montez Sweat y DE Chase Young se dieron por una razón, más allá del acúmulo de picks, y en parte tiene razón. Washington tiene una de las peores defensivas este año, incluso cuando su pass rush era de los más agresivos con esos jugadores.
De hecho, Washington tiene una tendencia a favorecer las jugadas explosivas de todos sus oponentes, pues el 42.7% de las series ofensivas en contra acaban en zona roja o terminan en puntos antes de siquiera llegar ahí. No es de extrañar el otro dato donde tienen los marcadores más abultados en promedio de toda la liga; este equipo simplemente es malo conteniendo cualquier oponente.
Este es un buen juego para recuperar la confianza de todos. New England no solo tiene falta de agresividad con el QB Mac Jones –que tiene de los promedios más bajos en yardas por intento de pase– también por tierra es lo mismo, ya que los corredores no recorren más de 10 yardas por intento muy a menudo (apenas el 6.9% según Sharp Analysis).
Los Commanders han permitido jugadas grandes todo el año. Incluso tienen 10 TD donde sus contrincantes no necesitaron llegar a zona roja para lograrlos, lo que es la cifra más alta de la NFL este año.
El problema es su sistema con el DC Jack Del Rio; verás, su filosofía es la de centrarse en el balón y no en el jugador, eso los lleva mucho a buscar la entrega de balón con éxito (12 este año, parte del top 10), pero los deja en muy mala posición el resto del tiempo y son fáciles de engañar con el plan de juego adecuado.
La semana pasada, pese a los incontables esfuerzos de su ofensiva, Philadelphia no tuvo problemas en absoluto para quemar a su secundaria para remontar; y es que la unidad por aire permite 7.5 yardas por pase, 256.8 por partido y son de los últimos lugares en este rubro. Un juego así, incluso sin el WR Kendrick Bourne, es la oportunidad de consolidar al WR Demario Douglas, que fue eficiente contra una notable secundaria de Miami:
Por tierra tampoco son mejores: 117.4 yardas y un promedio de 4.2 yardas por acarreo es lo que permite este front seven, y eso que son números con los defensivos élite que dejaron ir. Ahora con un front seven lleno de suplentes, con este sistema, quizás veamos el mejor juego del RB Rhamondre Stevenson (que estuvo muy cerca en la semana 8).
En resumen: no es por menospreciar a tu rival y esta sigue siendo la segunda peor ofensiva de la liga, pero si no pueden tener sus mejores números este domingo, no hay salvación.
Finalmente, nos está golpeando la ausencia del CB Christian Gonzalez y este fin de semana puede ser una destrucción sistemática de la secundaria o recuperar la confianza perdida. Y es que el QB Sam Howell es segundo en intentos de pase este año, teniendo de protagonistas a la dupla de WR formada por Jahan Dotson y Terry McLaurin.
Howell también tiene el 67% de sus pases completos, pese a ser de los pasadores más capturados en el año con 41 sacks. Eso nos revela lo difícil que es incomodar a Howell, aunque el mundo se le venga encima, y también lo seguros que son sus receptores para atrapar cualquier pase que le envíen.
Hasta aquí todo bien para ellos, pero fuera de eso, Washington es el equipo más unidimensional de la NFL este año con un ataque por tierra pobre y por eso solo tienen tres triunfos de ocho posibles. En sus acarreos solo promedian 3.4 yardas por acarreo (que es incluso peor que el de los Pats) y 85.9 yardas por juego, con un RB Brian Robinson que no tiene espacios para correr dentro de los tackles.
Si New England puede tener una actuación como la de las últimas semanas (donde realmente presionaron en la línea de scrimmage), es un juego complicado de este lado, pero nada imposible de ganar. Una cosa es segura: no tienen una ofensiva tan innovadora como Miami, así que tampoco esperemos una actuación como la del domingo pasado.
Las Vegas sorprendentemente le da a los Patriots 3.5 puntos de ventaja para ganar este partido. En buena medida, responde a la ausencia de estrellas en el equipo contrario y el historial del mismo visitando Gillette Stadium.
El Over/Under es de 40.5 puntos, para que no esperen muchos puntos como acostumbran los visitantes.
Tal vez el récord haga pensar que Washington tiene la ventaja, pero lucen como un equipo más interesado en lo que vendrá el próximo año, experimentar con lo que les queda y no tanto preocuparse en clasificar. Es un escenario totalmente diferente a otras semanas, porque por primera vez enfrentamos un equipo en igualdad de circunstancias que los Patriots.
Dicho lo anterior, el HC Bill Belichick no es conocido por esa filosofía de rendirse en la campaña. Si algo nos enseñó contra Buffalo y en el límite de intercambios, es que confía en recuperar terreno perdido en estos momentos. Y quizás, este partido les devuelva algo de chispa.
Marcador final: 24-14, favor Patriots.
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