Para nadie es un secreto que la temporada NFL 2023 de los Patriots es la peor en décadas. Las estadísticas refuerzan esta idea mostrando que es la primera vez desde 1994 (año en que Robert Kraft compró al equipo) que pierden 12 partidos en un año. También serán último lugar de la AFC East por primera vez en más de 20 años.
Sin embargo, a inicios del año pasado se prometieron muchas cosas desde la parte superior de la organización; con la llegada del OC Bill O’Brien y algunos asistentes como el coach Adrian Klemm, parecía que se cumpliría luego de un 2022 igualmente pésimo, pero estaba muy lejos de ser verdad. ¿Por qué?
A día de hoy, es difícil percibir los cambios positivos del staff que rearmaron en 2023; el QB Mac Jones se descarriló completamente, los números son incluso peores en la ofensiva y la sensación general es que se necesita un reinicio total este año.
Según una fuente anónima para The Boston Herald, la situación del equipo “era un desastre desde el inicio” por muchos motivos. Uno de los principales fue la constante falta de acuerdo mutuo entre los que llegaron (O’Brien, Klemm) y el HC Bill Belichick (también GM).
“Algunos asistentes vinieron creyendo que O’Brien quería limpiar al equipo y construir su propio staff ofensivo tras su llegada en enero, pero Belichick se lo negó,” aseguraron varias fuentes a Andrew Callahan y Doug Kyed en su investigación.
Agrega que O’Brien solo parecía confiar en dos figuras: Evan Rothstein (asistente de QB) y Will Lawing (coach de TE). Porque hasta su relación con Bill Belichick parecía complicada desde su contratación:
Varios miembros del staff compartieron su frustración por la falta de talento con el cual trabajar mientras la temporada avanzaba.
“Tan solo era un montón de mala porquería,” dijo una fuente anónima del equipo. “Mal coaching.”
En relación con el roster, el reporte dice que Bill Belichick y Matt Groh consideraban a los principales tackles ofensivos de Agencia Libre y Draft NFL 2023 “sobrevalorados” por lo que finalmente optaron por alternativas como OL Riley Reiff o elegir prospectos de ronda media poco valorados como el OL Sidy Sow.
Evidentemente, esto fue un desastre y mostraba una clara división de opiniones. A la larga, como diría otra fuente anónima, el panorama que les dejaron fue desolador al final de la temporada.
Entre las opiniones internas del equipo que recopiló el artículo también destacan:
La fractura del staff es perceptible y es lo que más destaca en estos momentos. Con varios contratos a punto de expirar para varios asistentes del staff, múltiples fuentes le dijeron al Herald que “no se espera que [Adrian] Klemm regrese, a pesar de que su acuerdo se extiende más allá de esta temporada, igual que [Bill] O’Brien.”
Ambos casos se parecen en cierta medida, pues al igual que O’Brien, Klemm considera que no se le escuchó la hora de obtener mejoras para trabajar con la línea ofensiva. Según el OT Trent Brown: “Creo que Klemm aporta más un (enfoque) new-age,” en referencia a su coacheo a la ofensiva.
También se destaca que su llegada siempre fue cuestionada por no encajar con el equipo. Para empezar, nunca trabajó con O’Brien, por lo que jamás hubo química entre ellos. Segundo, su sistema era diferente a lo que planeaban, por lo que con su salida temporal por cuestiones de salud, el staff volvió a entrenar con sus técnicas heredadas por Dante Scarnecchia.
Lo irónico es que se le trajo porque era un exjugador bajo el sistema de Scarnecchia a inicios del 2000. No obstante, sus ideas eran diferentes luego de años en el colegial y un breve paso por los Steelers.
Su frustración con tal escenario llevó a Klemm a confrontar cara a cara al director de personal, Matt Groh, al inicio de la temporada “en un fuerte intercambio que resonó en toda la organización” y es que argumentaba que varios de sus compañeros “no querían creer lo que veían sus ojos” viendo a esta ofensiva.
No obstante, con el tiempo parece que han terminado por darle la razón en esa última parte. Miembros de la franquicia opinaron en que la incapacidad de Bill Belichick de armar un roster más equilibrado “está minando el ataque” de los Patriots.
Aunque muchos siguen admirando su faceta como coach, el reporte destaca que sus decisiones en control de personal (ósea, como GM), son un lastre en este momento. Debido a tantos inconvenientes, tal parece que vendrá una reconfiguración total y absoluta del staff de este equipo, algo que se negaron en 2023, pero ahora es inevitable.
Al final, trajeron a un grupo de personas para arreglar un barco que se hundía y lo van a dejar a la deriva después de un año. No todo fue su culpa, pero es claro que el proyecto nunca tuvo una oportunidad de triunfar con tantas divisiones.
¿Qué opinas de esta situación? ¿Crees que esto ponga fin a la era de Bill Belichick? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.
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