RB Rhamondre Stevenson. (Foto: Getty Images)
Los New England Patriots perdieron 20-17 contra los Washington Commanders en la semana 9 NFL. No cabe duda que decepcionaron a todos los que esperaban un triunfo, pero jamás aprovecharon las oportunidades de un rival que, en el papel, parecía entregado al tanking y que se deshizo de dos estrellas en el límite de intercambios de hace unos días.
La derrota bajó el récord de la temporada a 2-7 y mantiene al equipo en el último lugar de la AFC East y la AFC en general. Así que vamos al análisis individual de los más destacados; empezaremos con la parte de ganadores porque es la más corta de enumerar.
Tuvo su acarreo más largo como profesional al escaparse para 64 yardas hasta el TD. Si bien sigue siendo un poco decepcionante por aire, también sumó cuatro recepciones para 42 yardas, que agregando a sus 87 yardas por tierra, son más de 100 yardas totales.
La de safety es la única posición de esta secundaria que merece reconocimiento actualmente. El principal destacado es Kyle Dugger, que sumó otra intercepción a sus estadísticas al final de la segunda mitad:
Es el único que parece tener un sentido de urgencia por ganar en este ataque aéreo. Douglas tuvo 11.0 yardas por recepción a pesar de no contar con anotación, pero por él es que se avanzó un poco; ahora el detalle es que las defensivas le dan demasiada atención y el resto de sus compañeros no aprovechan.
Es increíble, pero desde hace tres semanas existe una tendencia preocupante en conversiones de tercer down; en defensa, antes una unidad sólida (incluso en el top 10 de varias categorías) es, a día de hoy, la peor en situaciones de conversión, igual que la ofensiva. Mientras de un lado no pueden mover el balón en esos escenarios, del otro dejan que el rival se sirva con la cuchara grande.
Por ejemplo, la defensiva permitió una conversión de 3&23 yardas por avanzar; la ofensiva apenas logró 3 de 12 conversiones. Si lo sumas, es un equipo que repele cualquier oportunidad de ganar.
Le dieron otra oportunidad, y otra vez incapaz de dar la confianza que sí obtenían del WR Jakobi Meyers. El último pase del QB Mac Jones lo tenía para convertir, le pegó en las manos y, como es su costumbre, encontró la manera de arruinar una posible serie ganadora:
Empezó horrible, a tal grado que Mac Jones le gritó en la lateral del campo. Después de poco más de un cuarto, no regresó al partido. Lo peor es que lo eligieron por encima del WR Kayshon Boutte para jugar esta semana, y la verdad es que es inexplicable.
Junto al CB J.C. Jackson, dos de los esquineros más quemados de los Patriots en las últimas dos semanas. Ninguno contribuyó al nivel de otros momentos, pero el de segundo año lleva meses sin fu ni fa, con un montón de problemas de conducta, para aderezar, los dos optaron por no hablar frente a los medios y Jones se fue del estadio inmediatamente. Por sí, a la organización le faltaba algo más de drama.
Ninguna sola vez le dieron a la ofensiva una serie en buena posición de campo. También fueron muy indisciplinados y le costaron a la defensiva algunas detenciones muy acertadas. Pero siendo honestos, esto lleva años así, lo que hace increíble que no haya cambios en este staff; el coordinador Cam Achord parece tener vía libre para seguir comprometiendo partidos sin consecuencias.
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