Los Patriots aman el potencial de sus WR sin DeAndre Hopkins

Tras la novela que fue DeAndre Hopkins y no poder firmarlo, los Patriots miran adelante en busca de sus alternativas. Si bien es cierto que no poseen un receptor de sus condiciones, ósea élite, la realidad es que tienen fe en el potencial de varios, especialmente bajo la tutela del experimentado coordinador ofensivo Bill O’Brien.

Con todo lo anterior, ¿qué talento ven en su panorama ofensivo, como para decidir que un WR de calibre Hall of Fame no es necesario ahora mismo?

Post-DeAndre Hopkins, los Patriots aman el potencial de sus WR

De acuerdo con Andrew Callahan del Boston Herald, “los Patriots están más ilusionados en ellos mismos que el consenso externo (Las Vegas, los medios, proyecciones, Twitter, etc.)” y Bill Belichick dejó esto muy en claro, al igual que Robert Kraft, quienes no mostraron la agresividad necesaria para demostrar que Hopkins era un objetivo fundamental.

Cuando hubo que pagarle al TE Jonnu Smith o al WR Nelson Agholor, se hizo, así que algo debió pasar ahora que el flujo de dinero no fue tan grande como entonces.

En su lugar, han traído tres novatos: Kayshon Boutte, Demario Douglas y Ed Lee, que sumados a Tyquan Thornton, elegido el año pasado, para intentar generar su propia estrella en la posición. Es una opción más barata, pero requiere mayor esfuerzo.

Del mismo modo, también tienen a sus propios WR de +1 000 yardas en una temporada como JuJu Smith-Schuster. El ex Steelers y campeón con los Chiefs, realmente fue un receptor electrizante hace varios años, pero como sucede con los novatos, ahora es intentar recuperar esa versión perdida en un mar de temporadas insípidas desde 2019.

Otro caso simular es el del WR DeVante Parker, que en 2019 logró superar las 1 000 yardas con Ryan Fitzpatrick de QB, ni más ni menos. Pero desde entonces tiene una tóxica relación con la enfermería, porque simplemente entra y sale de ahí con variedad de lesiones. El año pasado no fue la excepción, y su contrato fue cargado con incentivos por eso.

Quizás su mejor posibilidad de tener un jugador casi estelar, es el desaprovechado Kendrick Bourne. En 2021 estuvo en llamas, alcanzando las 800 yardas en su primer año con Mac Jones; y en postemporada fue el único receptor que apareció en el juego de Wild Card contra Buffalo. No obstante, en 2022 hubo un conflicto no resuelto con Matt Patricia y lo castigó negándole snaps. Bourne no es un WR de mil yardas, pero está trabajando para lograrlo en su último año de contrato:

Volviendo un poco más atrás, posiblemente Thornton sea quien mayor presión tiene encima; es el WR elegido más alto por los Pats en los últimos dos años, no tiene competencia dado su estilo de juego y es bastante joven (22 años de edad). Vino a la NFL como el más rápido de su generación, y ciertamente tuvo destellos el año pasado, pero nada más:

Thornton sigue siendo un jugador cuyo físico preocupa a este nivel, porque además lo ha hecho susceptible a las lesiones. Este año se supone que le metió tiempo adicional al gimnasio, pero veremos si es suficiente. Lo cierto es que otro bust en esta posición podría comenzar a sepultar este proyecto y de paso la carrera del QB Mac Jones.

Un último rato de esperanza: La Boston TE Party 2.0

Cómo decíamos en el análisis posición por posición en YouTube, la apuesta de O’Brien parece ser recuperar la dupla de alas cerradas que causó estragos en la NFL en su primera etapa como coordinador ofensivo de New England. Mientras trata de convertir el potencial de sus WR en algo tangible, aquí tiene algo más seguro con que trabajar este año.

Hunter Henry y Mike Gesicki, especialmente este último, buscan ser el tipo de receptor que es difícil de detener por sus dimensiones; muy pesados para un esquinero normal y muy rápidos para un linebacker en cobertura. Cuando funciona, es básicamente un concepto casi indefendible.

Un obstáculo quizás sea el propio nivel de ambos, porque hay una distancia considerablemente enorme entre los dos y Rob Gronkowski/Aaron Hernandez que formaron la primera Boston TE Party. Henry jamás consiguió superar las 60 recepciones o 631 yardas por aire en una temporada, principalmente porque ha estado hasta el tope de lesiones hasta hace relativamente poco, cuando llegó a New England.

TE Hunter Henry. (Foto: Getty Images)
TE Hunter Henry. (Foto: Getty Images)

En los Texans en 2016, O’Brien logró que C.J. Fiedorowicz y Ryan Griffin acumularan 1 101 yardas en conjunto, junto a 104 recepciones combinadas. No fue igual a lo que vimos en New England años antes, pero muestra que puede elevar el nivel de juego en esta posición con mucha eficiencia.

La apuesta más importante es el coordinador ofensivo

Al final, el verdadero rayo de esperanza es precisamente lo que podría hacer O’Brien este año. No lo olvidemos tampoco, algo debió tener que decir sobre Hopkins, y después de todo este vaivén, están los que quieren que estén también.

No nos vamos a engañar, no es una ofensiva que podría darse el lujo de no firmar a Hopkins y sigue mostrando poco compromiso en explotar las virtudes de Jones como pasador; no obstante, el potencial es algo que les gusta.

Y queriendo o no, se han puesto en una posición donde veremos qué tanto de lo que vimos en 2022 fue Matt Patricia y que tanto fueron los jugadores. Esta es una ofensiva al desnudo y con los reflectores encima… que comience el show.

¿Qué opinas de la situación en la ofensiva luego de no firmar a DeAndre Hopkins? ¿Qué tantas posibilidades tienen de ser top 10 sin él? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.

También te puede interesar:

Deja una respuesta