QB Mac Jones. (Foto: Boston Globe)
Por Carlos Dupont
A pesar de que la temporada NFL 2023 prometía para los Patriots de New England, los resultados hasta ahora no han cumplido las expectativas del equipo ni de la afición, pero eso parece que cambió de la noche a la mañana.
Comencemos por la línea ofensiva que ha sido un auténtico desastre. La línea ofensiva no había logrado proteger en las jugadas de pase, ni abrir huecos para los corredores, lo que tuvo limitado en gran medida la eficacia de la ofensiva.
Además, las lesiones han afectado al equipo, empezando por el LB Matthew Judon, DT Christian Barmore, LB Josh Uche, (ahora el DB Marcus Jones). Por último, las pérdidas constantes de balón han puesto al equipo en situaciones muy complicadas al principio de cada juego o en momentos cruciales.
Los Patriots mantenían una mala racha de tres partidos perdidos al hilo. Enfrentando a los Bills partían como víctimas con un diferencial de 8.5 puntos y muy pocas expectativas. Justificado o no, realmente nadie esperaba un triunfo y a lo mucho un juego parejo hasta cierto punto.
Ahora el equipo todavía tiene tiempo para encontrar su ritmo y buscar un lugar en los playoffs. La pregunta más importante es: ¿cómo hará el equipo para retomar el control de su destino?
Para responder a esta pregunta, es necesario analizar los problemas principales del equipo.
Finalmente, hemos presenciado avances en estos problemas que llevaron a una victoria necesaria y anhelada tanto por los Patriotas como por su afición.
Esta victoria marcó la victoria número 300 en temporada regular para Bill Belichick, y no fue contra un equipo cualquiera, sino contra los Bills, un equipo que ha dominado la división en los últimos años y que cuenta con figuras destacadas en ambos lados del campo. Además, nos habían derrotado a este rival en cuatro juegos al hilo, incluyendo la paliza que nos dieron en el juego de Wild Card correspondiente a la campaña 2021.
Fue imposible no notar el cambio radical en la línea ofensiva en este juego. La OL logró darle tiempo a Mac Jones y abrir huecos para los acarreos de Rhamondre Stevenson y Ezekiel Elliott.
En primer lugar, se modificó la formación de la OL:
El resultado fue sorprendente, como lo demuestran las estadísticas de Mac Jones:
El mejor ejemplo de su impacto fue en esa serie ofensiva final de 69 yardas totales para lograr el triunfo en los últimos segundos, estando abajo por tres puntos. Y así, Mac Jones logró algo que solo había una vez en la NFL, por allá en 2021, cuando remontó el partido contra los Houston Texans.
En resumen, la línea ofensiva bloqueó y Mac cumplió.
Por otro lado, otro gran cambio fue darle más tiempo de juego al WR Demario Douglas, quien gracias a su velocidad, tuvo jugadas destacadas y generó separación, lo que provocó que la defensiva contraria cometiera tres faltas a su favor y a favor de la ofensiva.
Se sumó a un WR Kendrick Bourne que más allá del fumble, finalmente nos entregó una dupla de receptores con los que se puede confiar y ganar, reemplazando al WR JuJu Smith-Schuster y WR DeVante Parker, menos dinámicos en comparación:
A pesar de las ausencias en la línea defensiva, )a unidad logró presionar al QB Josh Allen lo suficiente para que cometiera errores. El pass rush lo presionó 40% del tiempo, su mejor cifra en semanas y se notó en el accionar de este pasador:
Allen también regaló una intercepción y tuvo un fumble. Por aire, nunca pudo conectar de manera constante con su receptor estrella, Stefon Diggs, a lo largo del partido y eso lo resintió todo el equipo en el marcador.
La secundaria evitó otro juego donde un receptor alcanzó las 100 yardas por aire y el CB J.C. Jackson obtuvo su esperada venganza contra Diggs.
La respuesta parte de la premisa de que el equipo parece haber encontrado finalmente una identidad ofensiva. A partir de aquí, podrán pulir los detalles y mejorar semana tras semana. Contamos con una defensa sólida, (ahora con el CB Jack Jones, que ha regresado para complementar una secundaria herida). Nuevos líderes como el S Jabrill Peppers, que ha tenido una campaña bastante activa.
Por último, el incansable HC Bill Belichick, parece haber encontrado la fórmula contra las pérdidas de balón, que han sido uno de los factores principales en las derrotas del equipo y limitarlas para tener un diferencial a favor.
Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que el camino no será sencillo, ya que no hay margen de error y cada punto y victoria cuenta y es determinante a partir de ahora. Desgraciadamente, el calendario no nos favorece la próxima semana en Miami, pero si seguimos con este ritmo, el equipo puede enracharse en noviembre.
Todo empieza la siguiente semana contra los Dolphins de Miami, que de lograrse la victoria nos pondría 3 juegos ganados y 5 perdidos y 3-1 en nuestra división. Aun perdiendo, las formas deben ser importantes; algo que no hemos visto en el equipo es jugar bien sin importar como terminen las cosas. No se puede reiniciar de 0 cada semana.
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