La NFL es una liga con un deporte muy demandante; no es de extrañar que el mejor equipo de primeros 19 años de este siglo fuera el mismo que se preparaba mejor que la mayoría: los New England Patriots. Sin embargo, estos últimos tres años, simplemente no existe tal planeación.
Es momento de admitir que la promoción de Matt Patricia, así como traer a Cam Newton en 2020, etc. fueron improvisaciones, inusuales para alguien para Bill Belichick.
El propio Mike Reiss que suele ser un periodista muy prudente en sus comentarios, lo dijo sin más “este equipo no parece que entrenó toda la semana” cuando los vio el juego pasado. Habiendo cubrido al equipo desde sus mejores años, sabe muy bien de esto; y es evidente para él, que estamos cayendo en los vicios de nuestros rivales divisionales en la época de la dinastía.
Parece distante cuando los Patriots forzaban a sus rivales a equivocarse, porque ahora son ellos los que entregan los juegos de esta manera. De no ser por la indisciplina que reina ahora, tal vez habrían ganado dos o hasta tres juegos más para mejorar su récord de 7-7 en este momento.
Secuencias como las de línea de gol contra Raiders resumen este caos; cuando más cerca estaban de anotar TD, cometieron castigos, desconcentraciones y falta de comunicación que evitaron la anotación. El pase lateral parece solo uno de tantos problemas en retrospectiva, pues este equipo es una comedia andante:
Como siempre, Bill Belichick saldría a conferencia de prensa diciendo que “no hicimos las cosas bien” que “se equivocó” y demás. La realidad es que hasta parece un discurso que tiene preparado cada semana, porque no es una novedad ver el desempeño de este conjunto.
Un exjugador de los Patriots, Jason McCourty, mencionó como este equipo se niega a ganar por voluntad propia: “[En la jugada final] tenían dos tiempos fuera, y todo lo que tenían hacer era patear un gol de campo [para ganar,” y en su lugar, buscaron irse a tiempo extra con un roster totalmente cansado.
Jugadas como el despeje bloqueado, los castigos cometidos, son problemas constantes de un equipo como este, impropio de la mente más brillante que este deporte pudo tener:
No podemos culpar a Jakobi Meyers o Rhamondre Stevenson de la eliminación de este conjunto, cuando realmente es responsabilidad de muchas personas por encima de ellos. Desde la offseason se venía anticipando lo difícil que es sostener experimentos sin razón como el de Matt Patricia, también elecciones dudosas como abandonar el sistema que era la identidad de este ataque.
El WR Kendrick Bourne se ganó el repudio de sus entrenadores por mencionar cosas como esas, y ahora casi está borrado del roster. Esos mensajes, tanto para el grupo, como para nosotros por fuera, son peligrosos, y terminan forzando a los jugadores a intentar demostrar que ellos no son el problema, resultando en ridículos como el del domingo pasado:
Los Raiders quisieron entregar un regreso de +14 puntos en el último cuarto, pero los jugadores y entrenadores lucen tan lejos de entenderse, que cuando necesitaron cerrar el partido, estaba cada quien por su lado. Para Matt Chatham, exjugador de los Patriots, eso merece responsabilizar también a los jugadores:
“Cuando fallas con tantos jugadores abiertos, no es culpa del entrenador. Cuando sueltas un pase crucial, no es culpa del entrenador. Si mandas el centro antes de que los receptores estén listos, no es culpa de los entrenadores. Cuando no están listos para el despeje, no es culpa de los entrenadores. Y así, sucesivamente.”
“Y no es como si los jugadores se excusen. Para nada, ellos se responsabilizaron públicamente, explicaron lo que sucedió y por qué no pasó. No es difícil. Cuando un jugador no ejecuta bien una oportunidad, la responsabilidad cae en él.”
Chathman tiene razón en no descontar la parte de culpa del roster, pero las decisiones de arriba siguen pensando. Jugadores que el año pasado jugaban mejor, hoy son un cero a la izquierda; ver a Mac Jones frustrado a cada rato no es normal, es simplemente mala organización en este punto.
Es justo reconocer que, tras dos décadas de ser un genio, Bill Belichick tiene que admitir que necesita un staff a su altura, y no intentar convertir a cualquiera en un élite por mero gusto. No te hace menos fan decirlo, las cosas como son; es tiempo de reflexionar en New England.
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