Bill Belichick. (Foto: Nación Patriota vía Getty Images)
El año 2020 podríamos llamarlo sencillamente el final de una era. Con la salida de Tom Brady, los Patriots dejaron de ser ese contendiente de la NFL, para convertirse en algo promedio por los siguientes tres años. Al mismo tiempo, los esfuerzos para reconstruir lo que alguna vez fue una gloriosa dinastía continúan.
Para lograrlo, no solo hace falta un gran entrenador, también se necesita un roster a la altura de la exigencia. En ese sentido, el atraer jugadores estrella para alcanzar la meta es cada vez más difícil, siendo el ejemplo más reciente el rechazo del WR DeAndre Hopkins por Tennessee.
En uno de los reportes posteriores, se dio a entender que New England tuvo una actuación más cauta, propia de su modus operandi en décadas pasadas, reflejado en un contrato cargado de incentivos que invitaba al receptor a una reducción de sus aspiraciones económicas. Esto funcionaba entonces, pero ahora luce obsoleto en una liga donde el dinero garantizado y la promesa de un anillo se imponen a una imagen pasada de éxito.
La situación con Hopkins no fue un evento aislado en la historia reciente de New England; sumado a ello tenemos que contar las intenciones del RB Dalvin Cook, que frente al interés reportado de los Pats, el voltea a los Dolphins (de su natal Miami) y hasta los Jets, porque en parte, ahora son contendientes con el QB Aaron Rodgers. He ahí la clave cuando hablamos de preferir un destino, porque acá no aspiramos a ganar un anillo este año o tenemos las ventajas de impuestos de Florida.
Todo se resume en dinero, como lo dijo el propio director de personal del equipo, Matt Groh, cuando habló del mismo Cook el mes pasado:
“No se suelen tener jugadores de este calibre disponibles en este momento. Los contratos que se firman para los jugadores en este momento no están ni cerca del vecindario de los contratos que generalmente se espera que firmen estos jugadores.”
Desafortunadamente, la mentalidad de Bill Belichick sigue buscando lo bueno, bonito y barato. Tomemos de ejemplo el recién firmado DE Trey Flowers, cuyo contrato solo le garantiza 50 mil dólares este año y alrededor de 1.5 millones de dólares en total. Este es el tipo de acuerdos que ama el también GM del equipo, no los contratos arriba del mercado:
De acuerdo con Henry McKenna de Fox Sports, los Patriots poseen la mayor cantidad de incentivos LTBE (like to be earned por sus siglas en inglés, o probables de obtener en español) con 8.18 millones de dólares. Su más cercano perseguidor en la NFL son los Jaguars con 4.05 millones de dólares y la media de la NFL es de 1 millón USD o menos en este aspecto. La razón es muy simple: a los jugadores les gusta el dinero garantizado hoy en día.
Dada la situación del equipo en lo deportivo, resulta más difícil todavía atraer jugadores destacados a nuestras filas, a menos que este año veamos una mejora significativamente superior a la esperada.
Por todo lo dicho anteriormente, es posible que la conclusión sea simple y sencilla: no, no es un destino predilecto, pero no es un hecho definitivo. Si bien no son como tal, superestrellas, el WR JuJu Smith-Schuster y TE Mike Gesicki eran los mejores disponibles en el mercado de agentes libres de 2023, pero aceptaron la oferta de New England por encima de otras tantas.
Smith-Schuster, por ejemplo, que es un jugador conocido por ser extrovertido y hasta cierto punto alocado, pero el motivo que lo impulsó a llegar al rígido sistema de Bill Belichick fue este mismo staff de entrenadores.
“Cuando contrataron a OB [O’Brien],” dijo Smith-Schuster. “Cuando contrataron a Bill O’Brien, fue algo obvio, porque sé cómo es este sistema, cómo funciona y cómo trabaja el ataque. … [Para Belichick] traer a OB y traer a Mike y todos estos otros chicos, todas estas piezas clave, fue algo así como, ‘Wow, esto es un gran ajuste para mí.’”
Similar al caso de Gesicki, que adora tener la oportunidad de jugar para Belichick:
“Era una buena oportunidad. Buen quarterback. Gran coordinador. Obviamente, la historia de esta franquicia con el entrenador Belichick. Y he jugado contra esta organización durante cinco años antes de eso. Sé de qué se trata, así que me entusiasmó unirme a ella.”
Como dijo también Groh, “este es el lugar para quienes aman el fútbol americano” y más que nada, la filosofía de Bill Belichick. Quizás el mayor obstáculo están siendo los desastres del año pasado, pero si pueden arreglar el desorden con resultados positivos, nada debe impedir que poco a poco se construya la reputación que quieren.
Tampoco es que la promesa de anillos de SB te vuelvan la atracción inmediata de los jugadores. Remitiéndonos al caso de Hopkins, pese a que tuvo el interés de Buffalo y Kansas City, jamás pensó en rebajar sus pretensiones económicas; aunque le prometían contender este año, a él le movió más el dinero.
Incluso Cook valora los Jets porque ofrecen más dinero que la mayoría de los equipos (y Rodgers se redujo el salario para permitirlo), no solamente porque es un equipo con buenas posibilidades este año.
En este sentido, los Pats dispondrán de más de 80 MDD en espacio salarial en 2024 y sin la excusa de las remodelaciones del Gillette Stadium el próximo año, realmente deberían poder ajustarse a una realidad no solo para ellos, sino de casi toda la liga: el dinero manda.
¿Qué opinas del Patriots Way a la hora de reforzar al equipo en los últimos años? ¿New England sigue siendo un sitio en donde los jugadores quieres firmar? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.
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