QB Mac Jones. (Foto: Globe Staff)
Los New England Patriots terminan este viernes con sus actividades de offseason para descansar unas semanas antes de volver para el campamento de este año. Al mismo tiempo, pasada la visita del WR DeAndre Hopkins, es momento de reflexionar sobre lo que separa al equipo que tanto seguimos y amamos los fans.
En esta ocasión vamos a dar los puntos clave de los trabajos de los OTA y minicampamento que podrían marcar la pauta en los próximos meses.
Más allá de preferencias personales, Jones es el QB que sigue por delante en el equipo, dejándolo en claro durante los entrenamientos hasta ahora. Y con la llegada de Bill O’Brien se busca lograr lo que no se pudo de él con Matt Patricia/Joe Judge; es decir, un QB que pueda ajustar en tiempo real, que se vea cómodo al jugar y pueda liderar el ataque.
La parte que hemos atravesado no ofrece un gran panorama en los puntos mencionados, como si lo haría un juego real, pero con O’Brien se trabaja de manera coordinada, directa, eficiente y eso se tradujo en un pasador con más claridad en sus repeticiones. También es evidente que la ofensiva se construye alrededor de Jones, mientras que Zappe tiene que aprender a adaptarse a ella (y no al revés como en 2022), con lo cual sigue muy lejos de luchar por su puesto de titular.
Habiendo liderado en recepciones durante la primavera, era clara la misión de involucrarlos desde temprano porque tienen una relevancia enorme en el esquema de O’Brien. También parece que el cambio de Gesicki por Smith podría ser clave en todo el equipo, no únicamente porque le da exactamente lo que pide a O’Brien, sino porque Jones se ve muy cómodo cuando le lanza.
Jones también es un pasador que adora lanzar por el medio, y cuando tiene la oportunidad de hacerlo con frecuencia (ej. 2021), se luce. La presencia de ambos TE le puede facilitar su recuperación del desastroso 2022.
New England trajo a JuJu Smith-Schuster para suplir a Jakobi Meyers, mientras que Tyquan Thornton hizo fácil dejar ir a Nelson Agholor este año; sin embargo, el grupo realmente no aumentó el número de receptores de una temporada a la otra, y como vemos, únicamente fueron refuerzos jugador por jugador. En consecuencia, que las lesiones los hayan quitado del medio tan pronto preocupa enormemente.
En el minicampamento el panorama era con dos veteranos y hasta cuatro novatos, si a eso le sumamos que el más talentoso de ellos estuvo ausente también, te quedaste con talento al mínimo. La situación convirtió la contratación del WR DeAndre Hopkins en una necesidad importante en este momento, por lo que, incluso con cuestionamientos por edad, no se puede descartar su llegada solo por mero capricho. Si la tendencia será la que vemos ahora, con receptores cayendo como moscas, cualquier ayuda externa servirá; pero si es de alguien tan talentoso, mejor.
Es justo decir que Bill Belichick se hartó de la situación vivida en equipos especiales el año pasado; en 2023 ha cambiado el staff, jugadores y, en general, ha invertido bastante para mejorar la situación de un año a otro. Todo esto ha favorecido la competencia interna, obligando incluso a los mejores a tener que pelear su puesto este año.
Las llegadas de los novatos: K Chad Ryland y P Bryce Baringer han llevado al límite al K Nick Folk y P Corliss Waitman en estas últimas semanas. Todavía no estamos cerca del punto álgido de esta lucha codo a codo, pero se espera que en el verano se den hasta con la cubeta. A diferencia de otros años, los titulares no están fijos en esta unidad y eso está sacando lo mejor de cada uno.
El problema que acarrea el OT Trent Brown ha sido casi insoportable en semanas anteriores. Lo cierto es que si New England tuviera mejores opciones en su posición, no lo tendrían que aguantar; hasta el propio Dante Scarnecchia dio a entender la urgencia de lograr que se comprometa de nuevo, a pesar de lo cansado que puede ser entrenarlo.
Tackles ofensivos como: Conor McDermott, Riley Reiff, Andrew Stueber, Sidy Sow y Calvin Anderson hacen lo mejor que pueden, pero es claro que ninguno será un liniero que te saque las papas del fuego ahora mismo. De ahí que constantemente estén rotando alineaciones por culpa de su irregularidad.
En el interior no es que sea mucho mejor, porque la recuperación del G Michael Onwenu ha llevado a probar a múltiples guardias en su posición esta primavera. Afortunadamente, la lista de rotaciones es más corta aquí, solamente con los novatos Jake Andrews, Atonio Mafi (que podría tener una lesión ahora mismo) y el defensivo reconvertido, Bill Murray; pero no deja de ser preocupante de cierto modo.
Suena algo exagerado, pero los Patriots no habían tenido tanto potencial defensivo en los últimos 10 años, ni con aquella unidad que terminó número 1 de la NFL en 2019. Simplemente, estamos ante un grupo que recuerda al de los primeros años de la dinastía que podía cargar con el equipo en hombros.
Lo más importante es que los más jóvenes (no solo novatos), están demostrando ser capaces de conquistar la NFL uniéndose en armonía. El proyecto de renovación inició en 2020 y en tres años está dando sus frutos:
La pretemporada debería ser capaz de definir perfectamente sus aspiraciones este año, pero que no les extrañe que la defensiva sea un terror para el resto de la conferencia durante el resto del año.
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