Segunda semana seguida (y enésima vez en los últimos años), que los Patriots no son lo suficientemente buenos para remontar un marcador en contra. Algo predecible en este momento, el equipo encontró una nueva manera perder 22-18 contra los Bengals.
Entre muchas cosas que hemos ido comentando, destaca la jugada final. Más allá de ser inmerecida o no la oportunidad de triunfo, la realidad es que los Pats lo tuvieron ahí, en sus manos. Sin embargo, el RB Rhamondre Stevenson (otra vez) quiso ser héroe, forzando un error un tanto ridículo que le quitó el ovoide de las manos. El jugador se echó la culpa, alegó que quiso “ser un héroe, y quizás, hice demasiado”.
No obstante, era de esperarse cuando hablamos de la peor ofensiva en zona roja, según las estadísticas. Así que dejar ir la oportunidad de ganar en esa zona del campo, parece congruente.
Ahora con récord de 7-8, se ve casi imposible la clasificación a playoffs. Este equipo no parece confiar en sus entrenadores, y estos mismos, tampoco lo hacen en sus jugadores. Es difícil saber que vendrá, pero habrá muchas decisiones cruciales de por medio. El LB Matthew Judon definió muy bien la temporada en sus declaraciones:
“Cuando estás concentrado y comprometido, parece que estamos bien. Cuando no lo estamos, no estamos bien. Eso es lo que somos. Es decir, en este momento, has mostrado tu mano.”
Vayamos a las observaciones:
Si al menos de algo podemos estar tranquilos, es que los jóvenes de los Patriots han sido generalmente un acierto últimamente. Los novatos del último Draft NFL son parte de los titulares en varios casos, destacando el CB Marcus Jones, que además hace la labor de regresador de despejes, kickoffs y hasta receptor en casos especiales.
Jones le dio al equipo los primeros puntos del encuentro con su pick six al final del tercer cuarto; esta capacidad la ha desplegado todo el año, por lo que tiene una verdadera cualidad de playmaker. Y si a él le sumamos los jugadores del Draft pasado y de 2020 como Uche, Dugger, Barmore, Onwenu, Jennings, Stevenson, etc. Hay que decirlo, Bill Belichick recuperó su magia en el reclutamiento.
Es cierto que estamos ante la peor ofensiva de esta liga en muchas estadísticas, pero también se le debe dar crédito al trabajo de los Bengals porque los apalearon feo por tres cuartos, aproximadamente.
Los receptores fueron un desastre en tercer down, pero Cincinnati no daban descanso con su presión constante. Lo que hacían era mandar un defensivo extra, logrando atacar sin problemas por el borde. Teniendo en cuenta que no tenían a su dupla habitual en el pass rush, hicieron ajustes muy buenos.
A estas alturas, tal parece que no veremos un uso importante del QB Mac Jones con este roster o este coordinador ofensivo. Luego de irse soltando con Josh McDaniels el año pasado, parecía que finalmente veríamos a un Jones más liberado por el campo; pero este año ha sido como el último juego, uno donde solo le dan la confianza, obligados por las circunstancias, no de forma natural.
Sin embargo, Jones es capaz de entregar buenas jugadas con las condiciones correctas, incluso careciendo de todas ellas. No parece que será un talento generacional, pero el año pasado fue cercano al top 10 de la NFL. Precisamente, cuando le dieron una situación similar a la que vivió el año pasado, mejor se vio; ¿cuál fue? Usar más a Kendrick Bourne. El simple hecho de tener un receptor de su talento fue suficiente para darle confianza de lanzar y leer mejor a la defensiva.
Uno se pregunta hasta donde habría ido su desarrollo con estos elementos mucho más constantes. Al final del partido obtuvo 21/33 pases para 240 yardas y 2 TD.
Del otro lado, vaya que es el ejemplo opuesto. El desarrollo del QB Joe Burrow es increíble, y fácilmente podría ser el MVP a finales del año. En contra de los Patriots obtuvo 375 yardas, 3 TD y de no ser por sus dos intercepciones, bien pudo obtener más.
Acá uno debe preguntarse muchas cosas, porque el HC Zac Taylor no pudo contrarrestar algunos planteamientos del HC Bill Belichick, y lo tuvo agarrado del cuello en los últimos dos cuartos hasta el fumble de Stevenson. No obstante, al igual que antes, no debemos dudar que se sacuda de esto y busquen refrendar su título de la AFC más adelante.
Algún día nos explicarán por qué lo han sentado más del 75% del año, pero quizás no, como ocurrió con el caso del CB Malcolm Butler en el SB LII. Sin embargo, Bourne sigue demostrando que no puede ser por el nivel en la cancha; en el último juego consiguió su primer juego con el centenar de yardas y una anotación que revivió al equipo en el último cuarto.
A Bourne lo buscaron 9 veces, atrapando seis de esos pases. En pocas palabras, fue el receptor más confiable de Jones.
Durante la primera mitad fue muy claro que la afición asistente del Gillette Stadium quería al QB Bailey Zappe en lugar de a Jones. La razón parecía ser la mala actuación de la ofensiva, que se fue en ceros al descanso.
Tras esto, y viendo que se acercaron en el marcador, varios empezaron a corear el nombre de Mac Jones en las gradas; normalmente es una afición muy entregada, pero este año son como el propio equipo, siendo demasiado volubles en su manera de apoyarlos.
Sobre si Zappe debe entrar o no, quizás lo mejor es que compita con Mac en mejores condiciones. Si en el campamento del próximo año le gana el puesto, no habrá nada que objetar. En este momento, simplemente no soluciona nada.
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