Los Patriots no estarán muy festivos tras caer en Minnesota en Día de Acción de Gracias este año. Sin embargo, fue probablemente uno de los juegos más entretenidos del equipo en muchísimo tiempo, ¿y por qué no lo sería? Al final, el encuentro acabó 33-26, con muchos momentos para el debate.
Pero para el equipo, sin duda este juego era ganable, y por lo menos, hubo unas cuantas razones para no conseguirlo.
Los Patriots no mantuvieron la ventaja
El equipo tuvo el liderato en el marcador unas cuantas veces en el juego, tras iniciar 7-0 en contra en el primer cuarto. Ante un equipo con tantas variantes en ataque, fue letal, pues jamás dominaron el marcador como debían, y les permitieron hasta 14 puntos en errores de equipos especiales, por ejemplo.
Sin embargo, cuando más importaba recuperar el liderato, en los últimos minutos y con la espalda contra la pared, dos series ofensivas quedaron en nada. Al final, es la historia de siempre: juegan perfectos o no ganan.
Los equipos especiales se vinieron abajo
Venían de ser los héroes contra los Jets el domingo pasado, pero contra Minnesota fueron la razón del colapso de equipo. Además de los 14 puntos en contra que provocaron, tampoco hicieron mucho en despejes o regresos de patada. Salvo Nick Folk con 4 goles de campo y Marcus Jones con un regreso de 46 yardas, el resto del tiempo fue un lastre para el equipo.
Lo más preocupante es que no constantes, y esta unidad a cargo de Cam Achord resulta irregular por momentos. Es un tanto ilógico tener a Joe Judge queriendo ser entrenador de QB, cuando debería estar a cargo de este grupo y llevarlos al éxito, como hizo durante la dinastía.
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Demasiados problemas en zona roja para los Patriots
Este es el mayor problema de la ofensiva y la razón por la que este equipo no la tiene muy fácil para remontar partidos. Incluso moviendo muy bien el balón, las anotaciones en zona roja son casi nulas y se pierde el momento de la unidad llegando a esta zona del campo.
Luego de la primera serie ofensiva, donde anotaron en solo 5 jugadas, el resto del tiempo fue más complicado. En parte, porque los Vikings ajustaron, pero series como las que resultaron tras la intercepción de Jonathan Jones, quedaron en apenas 3 puntos, y eso que ya estaban en zona roja. Con una defensiva en problemas, debían corregir y no lo lograron.
La defensiva no estaba lista para Justin Jefferson y compañía
Definitivamente, este era un duelo donde la defensiva iba a tener que cubrirse en varios frentes: Jefferson, Adam Thielen, T.J. Hockenson y Dalvin Cook. No todos los días enfrentan estos rivales, pero ahora fue claro que no estaban a la altura del reto.
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Jefferson ya hasta superó a Randy Moss en yardas por aire en sus primeras 3 campañas en la NFL. Al final atrapó 9 pases para 139 yardas y 1 TD. Con ello, el resto de su equipo prácticamente tuvo una noche más ligera, pues arrastraba múltiples coberturas en sus rutas.
Los oficiales interfirieron mucho en el juego
Fueron demasiadas decisiones de una de las planillas de oficiales con más castigos por partido este año, pero interfirieron con el resultado de manera que no lo hizo natural. Al final del día, nadie debería ser más protagonista que los jugadores en el campo.
Aun así, este grupo de oficiales anularon un TD de Hunter Henry, ignoraron castigos que costaron otro TD en equipos especiales y varios más que ocurrían en distintas series para ambos equipos. Si esto es lo que la NFL considera como actuación de calidad, ¿cómo serán las peores?
¿Rudeza al pasador? 🤨#NEvsMIN | #ForeverNE pic.twitter.com/pu5WabZy7p
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