No mentimos al decirles que este era el juego más importante de los Patriots, el que definiría su temporada. Basados en las formas, y no solo el resultado, la realidad pega con un fuerte derechazo al estómago del equipo. Aún hay vida, pero muy apenas, y con lo que viene, ¿qué tan lejos están de los mejores de la AFC?
Una bajada salvaje a la realidad para los Patriots
Estas últimas semanas, tras estar 6-4, los Patriots apenas están con un récord de .500 en la temporada. Es evidente que no son tan malos para ir al último lugar de la AFC, pero están lejos de pelearle a lo mejor que la conferencia puede ofrecer.
Parte del problema contra los Bills, así como anteriormente con los Vikings, no es solo que les falta un diferenciador de la talla de Justin Jefferson o Stefon Diggs (como si tienen otros rivales divisionales), es también que uno contra uno, este equipo no se equipara a esos rosters. Cuando los limitas de un lado, te ganan por otro; mientras que los Pats necesitan jugar perfecto para obtener una buena posibilidad de triunfo.
Al menos así lo hicieron brevemente cuando se pusieron 7-3 por delante en el primer cuarto, pero duró muy poco, igualmente contra Minnesota, donde lideraron varias veces por pocos momentos. Definitivamente, faltaba algo más para estar a ese nivel, no solo voluntad.
No se puede culpar a uno
Es imposible achacarle todo a Mac Jones, que hizo lo que pudo y tuvo que lanzar 36 veces para dar pelea brevemente. Entre una línea ofensiva de irregular a mala, un entrenador sin el mínimo de experiencia a la ofensiva, demasiados novatos en puestos clave, este equipo está en un verdadero limbo en plena reconstrucción. Y cómo hemos comprobado, el talento de Bill Belichick ya no puede compensarlo todo.
Son una de las peores ofensivas en tercer down, son la segunda peor en zona roja y hasta la defensiva ha sido maniatada últimamente, tras un gran inicio de campaña. Pero volviendo al ataque, es tan débil, que necesitan contener a sus rivales a menos de 17 puntos por encuentro para ganar en muchos casos. Y solo una vez superaron los 30 puntos a favor.
Son tantos los problemas, que con el dinero y los picks que habrá en 2023, apenas alcance para una mejora notable, aunque tendrá que ser inteligente para empezar a dar lo que se espera de este equipo.
Un pasado que se extraña mucho
Lejos quedó ese equipo que encontraba toda clase de maneras para ganar. Por el contrario, es fácil pensar en más maneras de como lo van a echar a perder. Lejos quedaron los años de dominio, pues este equipo está 5-1 contra los Bills, aquellos que llegaron a vencer 15 veces seguidas en el inicio de la dinastía.
Ahora celebramos que los manden a despejar en ataque o poderles anotar rápidamente. Definitivamente, estamos lejos de padecer problemas de primer mundo con este equipo, y nos tenemos que acostumbrar a sufrir para ganar. ¿Pero debe ser como hasta ahora?
Ciertamente no, Bill Belichick tendrá que recular y entender que esto no puede seguir así. Si se va o se queda, el proyecto de New England deberá tener mejor rumbo en próximos años, porque existen jugadores que merecen más que esto, incluyendo Mac Jones.
Peor aún es que algunos jugadores ya exhiben hartazgo de la situación, por lo que vemos que es algo más profundo que solo ejecución del plan de juego.
"We need to scheme up better."
"We need to be able be able to attack and put pressure on the defense."
"It's just hard when there's no rhythm."
Kendrick Bourne sounds off on the #Patriots offense, while saying players are getting the coaching they needhttps://t.co/DiCi4N20Eo pic.twitter.com/TdG9ap2Yk6
— Andrew Callahan (@_AndrewCallahan) December 2, 2022
Simplemente, hay que ver los ejemplos de Jets y Dolphins, que se cansaron de ser las víctimas de la NFL, y se armaron para hacer sufrir a otros en poco tiempo. Después de todo, esto que vemos, ya no es suficiente, ni remotamente. ¿No creen?
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